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Foto del escritorRosario Gonzalez Zamora

¿QUE ES LA QUIMICA FORENSE?


La química forense es la rama de la química que estudia las interacciones entre compuestos de naturaleza orgánica e inorgánica existentes en la escena de un crimen como pigmentos, trozos de tela, vidrio, restos de objetos de arte, pólvora, sangre y tejidos, entre otros, y tiene como objetivo el contribuir desde el punto de vista científico al esclarecimiento o resolución de hechos delictivos.

Mediante la aplicación de técnicas cualitativas y cuantitativas, ha sido posible encontrar respuestas procedentes de las mismas evidencias de manera de resolver y concluir una investigación criminal. Para cumplir con su cometido y realizar los estudios químicos correspondientes, es necesario que se cumplan tres etapas principales.

En la primera de ellas, las evidencias encontradas y correctamente identificadas son analizadas en el laboratorio. En la siguiente fase se interpretan los datos obtenidos a fin de realizar un informe descriptivo de los hallazgos (identificación por ADN, confirmación de rastros de sangre o presencia de drogas en la víctima, reconocimiento de pólvora procedente de un arma, por ejemplo).

Por último, el reporte realizado por el químico forense es utilizado durante la investigación y juicio, y puede ser solicitado su testimonio para explicar los resultados y ampliar información relativa a los estudios analíticos que fueron implementados.


Métodos e instrumentos

Luminol

Un método utilizado frecuentemente en química forense es el que emplea luminol, un derivado del ácido ftálico que reacciona con cationes metálicos permitiendo detectar trazas de sangre. El proceso consiste en mezclar este reactivo con una solución diluida de peróxido de hidrógeno, la cual se esparce cuidadosamente en los sitios donde se piensa que existen restos de sangre.

Espectroscopia

Se trata de un análisis particularmente útil que permite al mismo tiempo la separación, identificación y cuantificación de uno o más componentes individuales de una sustancia o mezcla desconocida, mediante el uso de un espectrómetro de masas en conjunto con un cromatógrafo de gases. El instrumento utilizado en la identificación específica de compuestos es el espectrómetro infrarrojo por transformada de Fourier (FTIR).


Cromatografía

En química forense se utiliza este método con la finalidad de identificar residuos (líquidos generalmente) de los que pueda obtenerse un registro luego de la colección de muestras en el lugar del siniestro. Es una técnica ampliamente usada para detectar solventes que hayan acelerado un proceso de combustión o incendio intencional.

En este tipo de análisis, es importante tener en cuenta que la química forense suele colectar muestras que por lo general son mezclas. Así, luego de un incendio es probable que los restos encontrados sean una combinación de solventes combustibles: nafta o querosene, que a través de la cromatografía se pueden obtener en forma fraccionada.


Residuos de pólvora

Al disparar un arma de fuego se originan gases con alto contenido de componentes que provienen de los cartuchos de las balas. Por lo general, estos compuestos incinerados se depositan en las prendas de la víctima y en las manos y ropa de quien disparó. El estudio de estos residuos y de pequeñas partículas utilizando un microscopio de barrido electrónico permite examinar las muestras recogidas en la escena del crimen. Para los estudios de balística también se utiliza el análisis de activación de neutrón, el cual consiste en la implementación de ácido nítrico sobre la piel de la mano de una persona que pudo haber disparado. Con la aplicación de este técnica se puede comprobar la presencia de bario o antimonio en un individuo sospechoso de haber manipulado un arma recientemente.

Análisis de explosivos


Dependiendo de la velocidad de la reacción química se puede determinar la clase de explosivo que se utilizó en un atentado, es decir, es posible saber qué sustancias fueron empleadas para generar una explosión conociendo la cinética del proceso. En el caso de TNT y la dinamita, la reacción es sumamente rápida mientras que otros explosivos lo hace con menor velocidad. Por otro lado, es factible la identificación a través de los residuos que las sustancias explosivas dejan en el lugar del hecho sumergiendo éstos en acetona o colectando los vapores con una bomba de vacío, para luego determinar cada compuesto mediante cromatografía.

Rastros de pintura

La realización de pruebas químicas en casos de accidentes de tránsito puede ayudar a determinar la responsabilidad en el hecho analizando evidencias obtenidas en muestras de pintura, las cuales posibilitan obtener información acerca de la manufactura del vehículo y el año de fabricación. A través del espectro de absorción de la muestra y observando la composición en un fluorómetro se pueden conocer datos certeros sobre el siniestro. También es posible realizar análisis de naturaleza óptica con la finalidad de comparar diversas capas de pintura que son tomadas como patrones referentes, a efectos de determinar las características de los pigmentos y solventes que la componen.

Rastreo de huellas dactilares[editar]

Para estudios de este tipo se utiliza carbón activado finamente dividido. Debido a que los dedos suelen tener una composición oleosa, éstos se adhieren a los materiales dejando una impresión en ellos. Al aplicar el carbón activado este se pega a los aceites dejando ver la huella, de esta forma, cuando se expone el material a la luz ultravioleta el polvo de carbón brilla desvelando la huella impresa.

Estudios toxicológicos

En el caso de consumo de drogas, el análisis toxicológico resulta fundamental ya sea para establecer conclusiones vinculadas al abuso prolongado de estupefacientes o una posible muerte por sobredosis.

Si bien el análisis de sangre es el más difundido para determinar lo anteriormente expuesto, los valores cercanos al consumo de ciertas drogas varían e incluso desaparecen seis horas después de la ingesta. En el análisis de orina, las trazas de ciertas sustancias pueden ser detectadas hasta treinta y seis horas después del último consumo, aunque esto varía dependiendo de la velocidad de diuresis del individuo. Este tipo de parámetros se cumple para seres vivos pero en el caso de cadáveres pueden existir limitaciones ocasionadas por la putrefacción de los tejidos. Los métodos analíticos permiten detectar en el cerebro la cantidad de sustancias psicotóxicas consumidas a través de los efectos ocasionados por drogas como la cocaína en los neurotransmisores.





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