Es el término que se utiliza para identificar la disciplina científica que identifica a los fluidos del cuerpo. El estudio de los fluidos biológicos o corporales (sangre, semen, saliva, sudor, lagrimas, humor vitreo, etc.), se realiza con el fin de establecer su identificación, pertenencia y correlaciones entre víctima, sospechoso y la escena del crimen. Es forense desde el momento que se enfoca a la actividad jurídica y por lo tanto tiene valor legal.
Los fluidos corporales corresponden a características físicas del sospechoso, ya que en los mismos se encuentra información que lo identifica. La presentación en juicios es admisible por tratarse de pruebas científicas cuyas garantías de confiabilidad deben ser corroboradas por el juzgador de los hechos.
La evidencia física relacionada a los fluidos corporales, tiene un valor incalculable, de esto deriva la importancia que los investigadores forenses cuenten con los procedimientos establecidos para garantizar que las muestras levantadas en la escena no se contaminen o destruyan, perdiendo así su valor probatorio.
Mientras más conserven sus características originales, más fácil y confiable será el trabajo de los especialistas en Serología Forense. Se podrá lograr la identificación del sospechoso, la evidencia será admisible en los tribunales, y se logrará conocer el verdadero autor del delito.
En serología forense no únicamente se ve la sangre desde un punto de vista del análisis biológico, si no que a demás se analiza en su composición, coloración, dirección, morfología de las manchas y otros factores en una escena de hechos.
La evidencia de sangre es común en los delitos violentos, como el asesinato, homicidio, mutilación y agresión entre otros, generalmente se encuentra en las armas utilizadas, objetos e instrumentos, cristales rotos, ropa de la victima y el sospechoso, superficies lisas o porosas, etc.
La recolección de las muestras se realiza de acuerdo a como se encuentre, puede recogerse liquida o solida o manchas seca.
· Si la sangre está derramada se recoge con una jeringa estéril o un gotero y se pasa a un tubo de ensayo de vidrio estéril, también puede recogerla con hisopos estériles y ponerlos a secar.
· Si la mancha es húmeda y está sobre muebles muy grandes, se recoge con hisopos.
· Si la mancha es seca, se raspa con un bisturí.
· Si es mancha en alfombra o tela, se corta el pedazo donde se encuentra la mancha. Los indicios con posible muestra de sangre, se embalan adecuadamente. Se debe tomar en cuenta que la sangre sufre descomposición por tiempo, temperatura, humedad, exposición al sol, así como exposición al polvo, etc.
Por lo que deben enviarse lo más pronto posible al laboratorio. Embalar adecuadamente, significa que las muestras o indicios deben ser secados a temperatura ambiente, no en hornos ni exponerlos al sol, y deben ser embalados en sobres de papel, separados a fin de evitar la contaminación cruzada, y hacer una identificación individual.
En la escena del crimen las manchas de sangre se presentan de diferentes formas, y de acuerdo a esto se clasifican en tres grupos: pasiva, proyectada y transferida.
Pasiva: se observa cuando la fuerza que se produce es mínima y actúa sobre la gravedad, puede ser por goteo y por flujo.
Proyectada: las manchas que son creadas cuando sale la sangre expuesta por un objeto en acción o una fuerza mayor que la fuerza de gravedad. El tamaño, la figura y el número que resultan de la mancha van a depender de la fuerza que se utilice para hacer brotar la sangre. La distancia, la velocidad también se puede correlacionar por tipo de mancha, la forma y tamaño de las gotas, ya que estas estarán mas diseminadas y más pequeñas cuando el impacto es mayor y así su velocidad. Así como el impacto de alta velocidad, producido por el uso de un arma de fuego.
Transferidas: se produce cuando un objeto con sangre entra en contacto con la superficie de otro que no tiene sangre.
Claveria Estevez Julio Cesar/ SOY CRIMINALISTA/ http://soycriminalista.blogspot.com/2017/04/serologia-forense.html
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