Los seres humanos somos criaturas divertidas y muy diversas que nos comunicamos también a través de las expresiones de nuestra cara. Estamos codificados desde punto de vista evolutivo para el amor, el odio, la ira, el miedo, sorpresa, asco y sus diferentes combinaciones y la razón de esto es que las expresiones faciales nos dicen mucho sobre las emociones de la gente. La comunicación no verbal, en donde podemos encuadrar las gesticulaciones faciales, supone hasta el 65% del mensaje que queremos trasmitir.
Las emociones intensas, son muy breves (apenas medio segundo de duración) e involuntarias como por ejemplo la sorpresa o el miedo. Todas las emociones que se representan a través de la cara, son fácilmente reproducibles a demanda de la persona, pero nunca se conseguirán hacer tan bien como si fueran espontáneas y realmente surgieran de la expresión de una emoción auténtica. De esta forma, los expertos en comunicación no verbal pueden fácilmente reconocer cuando una persona no se muestra como realmente se siente
Se suele pensar que los bebes, mirando las caras de su madre y padre, acaban por aprender estas expresiones faciales y que luego las reproducen y perfeccionan con el paso de los años pero el Dr. Ekman, demostró con sus estudios que aquellos niños ciegos de nacimiento, terminaban por reproducir exactamente las mismas expresiones faciales que aquellos niños que se supone que las reproducían aprendiéndolas de sus padres.
Dentro de la comunicación no verbal, existen siete expresiones faciales universales que se ha demostrado útiles en las comunicaciones personales directas. La primera expresión facial es el desprecio. Está micro-expresión es la antítesis del respeto, de la lealtad, de las personas de mente abierta que es lo que queremos mostrar en la red. La física del desprecio sería con la boca unilateralmente un poco levantada, “una sonrisa afectada”, típica de cuando se quiere evitar ser grosero con alguien cuando diferimos claramente de lo que expresa.
Gonzáles, V. R. (s.f.). Comunicación no verbal: El poder de la cara . España : Escuela Internacional de Criminología y Criminalística.
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