LA VICTIMA Y LA VICTIMOLOGIA
Hay algo que nuestra sociedad actual no puede negar: la víctima ha existido siempre. Desde el mismo momento en que se cometió el primer hecho delictivo existió una víctima de ahí que podamos decir que la víctima nace prácticamente con el delito. En el Libro del Génesis del Antiguo Testamento, nos encontramos con el primer asesinato de la historia de la humanidad: la muerte de Abel a manos de su hermano Caín.
Sin embargo, la víctima durante muchísimo tiempo fue “invisible”, no fue tenida en cuenta centrándose el protagonismo en la figura del delincuente que se abordó desde distintas perspectivas: el derecho (atendiendo a la penas punitivas, al castigo y su resocialización), la psicología (incluyendo estudios sobre la personalidad del delincuente, su motivación o su medio ambiente), la psiquiatría (estableciendo modelos clínicos de clasificación de los delincuentes), etc.
Como subraya García-Pablos, hasta la consolidación de la Victimología la víctima había sufrido el más absoluto desprecio por parte del derecho penal y procesal, la Policía y la Criminología; la víctima, en el mejor de los casos, inspiraba solamente compasión. A lo largo de nuestra historia siempre ha sido más enérgico e intenso el empeño por ocuparse del delincuente y de ajustar cuentas penales, que el de ajustar cuentas sociales y solidarias con las víctimas.
En un supuesto de homicidio o asesinato, la opinión pública exige la reacción penal frente al hecho criminal; sin embargo la víctima no plantea problema alguno, basta con enterrarla. A la mayoría de los delincuentes violentos, mediáticos y por ende “famosos” se les recuerda, se les hace “tributos” cinematográficos, se escriben libros sobre ellos, se hacen reportajes. Sin embargo ¿quién recuerda el nombre de las víctimas?
Todos sabemos que los procesos penales se centran mucho más en los delincuentes, criminales o sujetos activos de ilícitos penales que en las víctimas. Y no ha sido hasta fechas recientes cuando se le ha intentado devolver a la víctima el papel fundamental que tiene en la investigación criminal y en los procesos penales derivados de las conductas delictivas. Hoy se le ha devuelto su protagonismo como sujeto pasivo de un sufrimiento no deseado, como persona que sufre un perjuicio físico, moral o económico como consecuencia de un delito.
Cuando se alude al papel de las víctimas en general se está abordando un tema tan antiguo como la propia humanidad, presente en todas las civilizaciones y religiones. Sin embargo es tras la Segunda Guerra Mundial y como consecuencia de los genocidios a millones de persona, cuando el interés por la víctima del delito resurge con fuerza y se plantea el hecho de integrar a la víctima dentro del estudio del delito.
Los padres de la Victimología, Hans Von Hentig y Benjamin Mendelsohn, supusieron la base de lo que fue una primera escuela victimológica y el claro antecedente de lo que se entiende actualmente por Victimología.
Hoy la Victimología ya no nos sorprende sino que se ha convertido en una “palabra” familiar y utilizada en muchos ámbitos profesionales. La víctima es importante y todos queremos saber más de ella y a esto ha ayudado bastante los medios de comunicación al hablar no solo de asesinatos y homicidios sino al incidir también en las víctimas y “personificarlas” con sus nombres, apellidos y con datos de su vida cotidiana. Los últimos veinte años hemos sido testigos de la creación y expansión de servicios a las víctimas y de los diferentes programas de asistencia para que se sientan escuchadas y compensadas. Las víctimas ya no son ignoradas, ya no son invisibles. Forman parte del entramado penal, jurídico y social.
Uno de los avances más importantes en el campo de la victimología, ha sido la aprobación por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas el 11 de noviembre de 1985 de la “Declaración sobre los Principios Fundamentales de Justicia para las Víctimas de Delitos y de Abuso de Poder”. Al adoptarla, la Asamblea General declaró que era “Consciente de que millones de personas en todo el mundo sufren daños como resultado de delitos y abuso de poder y que los derechos de estas víctimas no han sido reconocidos en forma adecuada".
BIBLIOGRAFÍA:
· Baca, E; Echeburúa E; Tamarit, J.M. Manual de Victimología. 2006. Valencia. Ediciones Tirant Lo Blanch.
· Fattah Ezzat, A. “Victimology: Past, Present and Future”, Criminologie, vol. 33, nº 1, 2000, p. 17–46.
· Laguna, S. Manual de victimología. 2012, segunda edición. Salamanca. Edita Solo soluciones S.L.
· Landrove, G. La moderna victimología. 1998. Valencia. Ediciones Tirant Lo Blanch.
· Morillas, D.L. Victimología: un estudio sobre la víctima y los procesos de victimización. 2014. Madrid. Editorial Dykinson.
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