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Foto del escritorYahir García

Bases genéticas y biológicas de la psicopatía

La psicopatía se expresa por las tendencias antisociales innatas, debidas a diferencias biológicas cuantitativas de temperamento o cualitativas en la función cerebral de quien la padece, que dificultan la socialización de los mismos cuando se encuentran en edad de crecimiento.






HALLAZGOS GENÉTICOS SOBRE LA PSICOPATÍA

Según estudios, la heredabilidad en niños o adolescentes en conducta antisocial se estima en un 30-44%.

En sujetos adultos criminales, hay una concordancia del 69 % para gemelos monozigóticos (un mismo ovulo, por lo tanto casi idéntica carga genética) y 0,33% para dizigóticos (dos óvulos), lo cual da pruebas concluyentes de que existe un peso de la genética en la conducta criminal por encima del ambiente. Numerosos estudios avalan estos resultados.

Se ha demostrado también que el cromosoma Y estaría implicado en la agresividad, atribuyéndose así, a una mayor agresividad en hombres que en mujeres, en general.



GEN MAO-A (MONOAMINA OXIDASA A)

El gen MAO-A es hasta la fecha, el único ejemplo claro de cómo una mutación concreta puede alterar la conducta. Se encontró este gen alterado en personas que padecen un trastorno psicopático y, en adición, en niños maltratados de pequeños.

En otras palabras, la alteración de este gen predispone a la conducta violenta.


Por el contrario, las personas que desde nacimiento tienen unas altas concentraciones de este gen tienen menos probabilidades de desarrollar problemas antisociales.

Lo interesante de este hallazgo es que podría ayudar a explicar el porqué no todas las víctimas de malos tratos al crecer hacen lo mismo a otras personas, por ejemplo.


Es una enzima que descompone los llamados neurotransmisores monoaminérgicos (noradrenalina, serotonina y dopamina). Una disfunción en su acción en ciertas áreas del cerebro puede alterar la regulación de las emociones y la inhibición conductual.



HALLAZGOS NEUROANATÓMICOS

A finales de los años 90 se realizó un estudio en el que se comparó la actividad cerebral de 41 sujetos normales y 41 asesinos. Se encontró que los criminales tenían menor actividad en la región prefrontal, lo cual se traduciría en:


Neurológicamente: pérdida de inhibición de regiones como la amígdala, responsable (entre otras cosas) de la regulación de sentimientos agresivos.


Conductualmente: comportamientos arriesgados, irresponsables, trasgresores de las normas, violentos he impulsivos.


Socialmente: falta de empatía con las demás personas.



HALLAZGOS NEUROQUÍMICOS

Numerosos experimentos han evidenciado el papel crucial de la serotonina como modulador de la conducta agresiva, siendo la relación la siguiente: a menos serotonina, más reforzada estará la conducta agresiva. Por lo cual sería fácil concluir que personas que sufren alguna psicopatía o conducta antisocial, podrían tener las vías serotoninérgicas alteradas.

Del mismo modo que estarían implicados en conductas impulsivas y violentas la noradrenalina, la dopamina, el GABA y el óxido nítrico, aunque con menos relevancia.



HALLAZGOS NEUROENDOCRINOS

En el ámbito hormonal, de las que tenemos más pruebas concluyentes es de la insulina y de la testosterona. Ciertos estudios muestran que si tenemos un nivel bajo de glucosa, y por tanto insulina en sangre, tenemos más predisposición a las conductas violentas e impulsivas.

En el caso de la testosterona, tenemos múltiples estudios comparando criminales y personas sanas, donde demuestran que la cantidad de testosterona libre en sangre está aumentada en los primeros.

Además, diversas investigaciones indican que las mujeres con elevada testosterona son sexualmente más activas, competitivas, masculinas y consumidoras de alcohol en comparación a las mujeres con niveles bajos de ésta.



HALLAZGOS PSICOFISIOLÓGICOS

Cleckley (1976) propuso que los psicópatas podrían tener la capacidad de comprender el significado literal (denotativo) del lenguaje, pero no de su significado emocional (connotativo). Tendrían, por tanto, un déficit emocional.

Los psicópatas, además, tendrían la reactividad emocional alterada ya que, en comparación a personas normales, en situaciones que deberían sentir ansiedad y miedo, no lo sienten.

Así mismo, también presentan una ausencia en la reacción de sobresalto ante la exposición de contenido desagradable visualmente, y pitidos muy agudos y estridentes.

Con base a todos estos datos, se propuso que los psicópatas tienen un débil sistema inhibitorio cerebral, y un fuerte sistema de activación. Esto explicaría su impulsividad y su falta de capacidad de pensar en las consecuencias futuras.





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