Esta etapa es continuación de su desarrollo y madurez biológica, dentro de sus experiencias y descubrimientos sensoriales. Aquí es en donde se genera algo llamado guión sexual, que se complementa mayormente por los valores y normas familiares; grupales y culturales . Este consiste normalmente por normas generales, e especial por cómo se debe comportar el niño, lo que se espera de él y lo que es “correcto”, masculino o femenino, “bueno o malo”, apropiado o inapropiado, y todo esto en el ámbito de la conducta sexual.
El guión está lleno de modo gradual, recogiendo normas y valores de los padres, de amistades cercanas de la familia, núcleos de convivencia, religión, etc., Lo que en ocaciones puede ser buen complemento, pero cambie se corre el peligro de que todo este guión sea atacado por normas irracionales, contradictorias o sin sentido. La desventaja ante esto es que sea influencia “buena” o “mala”, el niño actuará de igual modo ya que carece de discernimiento crítico. El guión sexual tiene variaciones propios para la edad y periodos de vida, incluso para diferentes papeles sociales (Giraldo, 1983).
Es en esta etapa en donde los niños comienzan a hacer preguntas especificas que deben responderse con naturalidad, como una respuesta ordinaria tras una pregunta ordinaria, pero suele ser todo lo contrario, por desgracia en la mayoría de los casos y los padres o adultos tienen miedo de responder esas preguntas comunes, por consecuencia, los niños no adquieren el conocimiento necesario y normal, es aquí cuando se crea una capa de prejuicios, dudas, ideas erróneas, etc, que cubre completamente al niño.
Si se le contestara con verdad al niño desde la primera pregunta, el niño empezaría a conocer el sexo con la naturalidad con la que se entera que cuando sale el sol es porque es de día. Si durante la infancia, el niño aprendiera lo referente al sexo, progresivamente, a medida que pregunta, se enteraría; esto ocurriría precisamente en la época en la que no tienen problema, en la que no manifiesta malicia al hacer algo y lo encuentre todo muy natural (Giraldo, 1983; Monroy y Morales, 1990).
Entre los 6 y 8 años el menor fija el rol de género, han tenido el tiempo suficiente para el ejercicio de tal rol, han recibido normas, refuerzos y sanciones referente a lo que se espera de su comportamiento social de acuerdo con su diferenciación sexual.
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Referencias bibliográficas
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