En esta primer etapa tenemos el momento trágico de los factores biológicos determinantes. En esta etapa es cuando de los cromosomas, dos -que son los sexuales-, determinan si el cigoto se forma biológicamente como hombre o mujer.
Puede parecer que en esta etapa está todo consumado, pero no es así. Según John Money y Anke Erhardt, después de la asignación “natural” del sexo, la identidad comienza a construirse desde la perspectiva de como te ven los demás y como nos vemos a nosotros mismos en el desarrollo de la consciencia de la razón, actuando en conjunto para la adquisición de una identidad sexual infantil.
A partir de esto, Money introduce un concepto unido en ambos aspectos, biológicos y sociales, a lo que se le conoce como periodo critico.
El periodo crítico es aquel momento en el desarrollo en donde existe mayor vulnerabilidad, en donde la ausencia de ciertos aprendizajes o la ocurrencia de aprendizajes inadecuados producen resultados difíciles o imposibles de modificar (Canales y cols 1997).
Esto hace que se coloque ante el desarrollo un nuevo paradigma, encontrando que los aspectos biológicos y sociales trabajan juntos en un periodo crítico para reproducir ciertos resultados. Entonces, la influencia biológica en la diferenciación sexual hormonal y los procesos de asimilación sensorial, trabajan en conjunto con el aprendizaje social para coincidir en una etapa definitoria dentro del proceso psicosexual.
Entendamos pues, que en el momento del nacimiento al recién nacido se le clasifica como hombre o mujer de acuerdo a sus genitales externos, a esto se le conoce como asignación genérica. Cuando éste nace, no sabe quién es ni tiene noción de ser una persona, vive con puro instinto y, por consiguiente, tampoco tiene conciencia de su sexo y poco a poco, a través de las experiencias va creando conciencia de un “propio yo”, a través del descubrimiento de su cuerpo mediante a estas experiencias.
Hasta los 5 años, toda su vida esta concentrada en su cuerpo y en las sensaciones del mismo, por ejemplo el sentir del placer cuando toca sus órganos genitales, el niño no sabe tal vez como se llaman realmente, pero ya conoce la sensación de estos, de hecho es muy común que esto pase con frecuencia entre los 3 y 6 años. Es un fenómeno natural en los niños que muestra su capacidad sensorial y discriminatoria en cuanto a la sensibilidad de distintas partes de su cuerpo (Giraldo, 1983).
Por otra parte tenemos también la interacción social del niño o niña, que ayuda a hacer una construcción de si identidad sexual, que además del mensaje social externo, se necesita de la confirmación por parte biológica. Aquí entran los padres y su labor como agentes vitales en este proceso social.
Es muy común que los padres, durante estas edades del menor, no interfieran con gran contundencia, es decir, tienden a pensar que e una exploración natural de manera totalitaria, no interfieren si pasan un largo rato jalados la oreja o si lleva sus dedos al labio durante un tiempo definido, pero en el aspecto sexual es común, en su mayoría, la reacción negativa en los primeros intentos de tocar sus genitales, tienden a pensar que se deben tocar lo menos posible.
El problema base no solo está en la actitud que se tiene ante el placer que deriva de los genitales, si no ante el placer en general y aún más el relacionado directamente con la sexualidad. En este contexto se recae en que ante la finalidad de lo anterior se debe justificar el places por el deber y de cierta manera se creé un desarrollo oprimido del placer que puede explotar en un futuro cercano o muy lejano, por falta de la experimentación en la etapa de la primera infancia.
Es frecuente que las disfunciones de los adultos sean el producto de las actitudes negativas de la familia y su asociación ante el placer (Matamoros, 2014).
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Referencias bibliográficas
Matamoros, P., El agresor sexual. Un enfoque clinico-forense de sus características
psicológicas y alteraciones sexuales 2004.
Giraldo, O., Explorando las sexualidades humanas. Aspectos psicosociales, Trillas,
México, 1983.
Canales, M. y cols.; Evaluación: Jornada de Conversación sobre afectividad y
sexualidad, Coordinación Interministerial: SERNAM, MINSAL, MINEDUC, INJ,
Chile, 1997.
Money, J. y Erhardt, A., Man and Woman, boy and girl: The Differentiation and
Dimorphism of Gender Identity from Development to Maturity, John Hopkins
Press,
EUA, 1972.
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