top of page
Foto del escritorYahir García

la firma del homicida ¿Por qué mata?

En determinadas escenas, es importante centrarse en el análisis de las evidencias psicológicas o conductuales, ya que ambas son vestigios que reflejan el modo en el que el homicida cometió el delito. La utilidad de estas evidencias radica en su permanencia en el lugar de intervención, puesto que las pruebas físicas pueden desaparecer con el tiempo, pero es imposible eliminar un rastro conductual. Sin embargo, la evidencia conductual carece de valor probatorio.

La firma (o sello personal) puede definirse como todas aquellas conductas y actos accesorios al homicidio, que no son necesarios para matar y que nos hablan de la motivación final, del porqué se ha cometido ese crimen. Refleja las necesidades psicológicas o emocionales que el criminal pretende satisfacer, siendo por lo tanto un reflejo conductual de su fantasía. Es más estable que el modus operandi, y aunque su modo de presentación puede variar, las necesidades que se cubren con ella se mantienen constantes. La firma es un instrumento muy útil para la vinculación de casos.





El problema radica en distinguir si la conducta llevada a cabo es parte del modus operandi o de la firma, ya que una misma conducta en un criminal puede ser parte de su modus operandi y en otro puede ser parte de su firma.

Es importante resaltar que repetir una misma conducta en distintos crímenes no convierte a esa conducta en parte de la firma. Las conductas de la firma a veces son muy difíciles de distinguir de una conducta propia del modus operandi, por lo tanto es necesario un análisis detallado y meticuloso.


Las conductas de la firma suelen tener las siguientes características:

  • Suponen un tiempo extra para su desarrollo en la escena del crimen.

  • Esos actos no son necesarios para completar el delito ni para matar.

  • Están relacionadas con expresiones de necesidad, emociones, sentimientos o fantasías.

  • Hay menos racionalidad, de modo que son más viscerales.

  • Suponen actos de comunicación entre el homicida y la víctima o entre el homicida y otras personas.


Para el Dr. Robert D. Keppel (1995) la firma del delincuente constituye una parte de la escena dónde se recogen las expresiones de las fantasías del asesino, definiéndose como “el conjunto de acciones que no son necesarias para cometer el delito”.

Determina que la firma es realmente lo que ayuda a vincular varios delitos de autores desconocidos y no el modus operandi. El tema subyacente en el uso de la firma de un homicida es el control, estos se sienten impotentes y buscan el poder mediante el homicidio. La necesidad de sentirse mejor consigo mismos genera una compulsión de encontrar y controlar a las víctimas de un modo específico.


Para Keppel son conductas de la firma:

  • Mutilaciones de partes del cuerpo.

  • El ensañamiento.

  • Dejar mensajes.

  • Realizar marcas profundas en el cadáver o grabar cosas en él.

  • Colocar el cuerpo de forma que comunique algo.

  • Realizar actividades post mortem.

  • Obligar a la víctima a que hable de un modo concreto.





601 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

Comments


bottom of page