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Foto del escritorYahir García

Perfil del sicario en México

La información es recabada a través de veintiuna entrevistas con expertos en psicología criminal – psicólogos y criminólogos – con al menos dos años de experiencia en el diagnóstico y/o tratamiento de población sicarial en Centros Penitenciarios, Procuradurías de Justicia, Comisión de Derechos Humanos y Fiscalías Especializadas de seis estados ubicados en el norte, centro y sur del país.

El fenómeno del sicariato es una forma delincuencial cada vez más preocupante en México, no solo por el posicionamiento de esta fuerza armada en los grupos criminales y las muertes relacionadas con dicho fenómeno - que tan solo de diciembre del 2012 a julio del 2015 se han registrado 57,410 ejecuciones ligadas al crimen organizado (Mendoza y Navarro, 2015) -, sino también por su instauración en una realidad socio cultural que ha mercantilizado el asesinato por encargo como una forma de vida que ofrece el dinero, el reconocimiento y la visibilidad social que muchos jóvenes no encuentran en condiciones de legalidad (Geremia, 2011).


La figura del sicario es concebida como aquel individuo que asesina por encargo a cambio de un pago determinado, generalmente retribuido en dinero u otros bienes materiales, y en donde se establece una relación contractual que ubica al sicario como el autor material del crimen ordenado y pagado por un autor intelectual (Schlenker, 2012).


Según Martínez (1993), producto probablemente de experiencias violentas, de la imposibilidad de lograr acceso a bienes y servicios en condiciones de legalidad, de ofertas de remuneración que equivalen a años de trabajo, la generalización de la nueva práctica denominada “sicarización” indica la creciente desvalorización de la vida y la conversión de la muerte en fuente regular de ingresos para algunos sectores de la sociedad.





Se identificaron los perfiles de cuatro tipos de sicarios en México, de acuerdo con sus rasgos de personalidad, valores y motivación criminal.



Sicario marginal:

Proviene de zonas de extrema marginación sociocultural, académica y económica. Personas altamente manipulables debido a su carente preparación académica, la escasa estimulación de sus habilidades cognoscitivas en el desarrollo de sus actividades laborales, así ́como por las pocas esperanzas de trabajo en sus lugares de origen.

Suelen ser agresivos, impulsivos, con un frecuente abuso del alcohol, no obstante, cuentan con la capacidad de establecer relaciones afectivas, sentir culpa, así como presentar niveles de ansiedad ante sus primeros actos criminales, los cuales suelen amortiguar con el abuso de sustancias psicoactivas. Por lo general, no manifiestan en su niñez y/o adolescencia indicadores de un trastorno disocial de la personalidad, por lo que se infiere que, el factor económico, es de suma importancia en su etiología.

El medio criminógeno en el que se desenvuelve va ocasionando que vaya desarrollando conductas antisociales, que bajo otras circunstancias socioeconómicas no se hubiesen presentado. Dentro de la organización criminal generalmente ocupan el rango inferior por lo que, si no son funcionales en las actividades encomendadas o existe una necesidad de sacrificar a ciertos elementos en pro de la organización criminal, son los primeros en ser expuestos.



Sicario Antisocial:

Se desarrolla generalmente en ambientes criminógenos de clase baja o media baja de zonas conurbadas; donde el pandillerismo, el abuso de drogas, el fracaso escolar, el empleo informal y el poco respeto por las reglas sociales y los derechos individuales son lo normal. La violencia es parte del aprendizaje social y el delito una forma de vida aceptada e incluso alentada en su contexto socio cultural. Por lo general proviene de familias disfuncionales donde es recurrente el maltrato, el abuso de estupefacientes, la delincuencia y la desintegración familiar, con ausencia regular de la figura paterna y una madre encargada de la crianza y la economíá familiar.

Suelen ser individuos que desde su infancia presentan rasgos de un trastorno oposicionista desafiante, caracterizado por expulsiones escolares, agresiones, trasgresión de normas y conflictos con las figuras de autoridad; posteriormente, en la adolescencia manifiestan indicadores de un trastorno disocial a través de conductas que atentan contra el orden social.

Muestran baja tolerancia a la frustración, impulsividad, agresividad, violencia reactiva, temeridad, tendencia al aburrimiento, gusto por la novedad, así́ como un fuerte sentimiento de venganza y resentimiento ante una sociedad que, según su percepción, los ha marginado; tienden a intimidar y amedrentar a través del uso de la violencia, presentan un comportamiento rencoroso y vengativo.



Sicario Psicopático:

Puede o no desarrollarse en ambientes criminógenos y, aunque sus familias de origen puedan mostrar una aparente normalidad, existe una disfuncionalidad en los apegos dentro su dinámica familiar, una baja estimulación afectiva, negligencias, abusos o padres con padecimientos psiquiátricos, o incapaces de establecer limites acordes a las normas sociales. Exhiben desde temprana edad, rasgos psicopáticos tales como: impulsividad, ausencia de remordimiento por el daño a terceros, mentira patológica, gusto por la tortura, indiferencia ante el castigo o irresponsabilidad, sus vínculos afectivos son superfluos y poseen habilidades cognoscitivas que le favorecen la planeación estratégica de sus crímenes: pensamiento lógico-racional, capacidad de análisis y resolución de problemas.

Existe una total ausencia de remordimiento ante sus actos criminales, pudiendo realizar ejecuciones de niños, familias y población general, sin sentir la menor culpa, ya que concibe al sicariato meramente como una actividad laboral. Suele presentar la llamada tríada oscura de la personalidad en la cual coexisten marcados rasgos de psicopatíá , maquiavelismo y narcisismo.

Su mayor motivación criminal la proporciona el poder adquisitivo que la profesión le brinda.



Sicario Sádico:

se asemeja al sicario psicopático en su historia familiar, capacidades cognoscitivas, sistema valorativo y rasgos de personalidad; no obstante, su rasgo distintivo es la presencia de un sadismo inminente en la comisión de sus torturas y ejecuciones, ideando e implementando técnicas cada vez más sofisticadas en la realización de las mismas y efectuando video grabaciones con el fin de obtener una satisfacción posterior a la ejecución, suele destacar por su frialdad, crueldad y placer ante el sufrimiento del otro.

La motivación criminal primaria del sicario sádico es de índole psicológico, por lo cual, buscará saciar sus pulsiones de odio y venganza a través de producir el mayor sufrimiento posible a sus víctimas, durante prolongados periodos de tiempo e inclusive llegando a resucitarlas a in de extender su agonía.






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